La región atlántica, un territorio sin límites empapado por las aguas del océano homónimo, azotado por los vientos del norte de Europa, recortado por los altos acantilados modelados por la acción continua de las olas del mar Báltico.
Atlántica, que se convierte aquí en nombre propio de mujer: poderosa como la naturaleza donde ha encontrado su casa, indomable, solitaria, silenciosa pero acogedora.
Una mujer que vive la naturaleza, ama los entornos exteriores donde puede estirar la mirada en una carrera sin aliento. Ella, que desnuda su piel al aire frío y al viento. Ella que, como vieja hija de marinero, escucha la voz del mar, ese mar poderoso que tan bien conoce y que le encanta observar, en silencio.
La colección presenta tres grupos de colores diferentes, inspirados en los atractivos paisajes nórdicos.
La paleta fría de los azules, intensa como las profundas aguas oceánicas; el verde cerceta y el verde esmeralda vibran en las olas que empapan la costa, al igual que los grises cuyos tonos se reflejan en los acantilados helados. La paleta de ocres y verdes representa los colores propios de la campiña, amplia e ilimitada, así como de su vegetación invernal.
Por último, los colores del atardecer se reúnen en el tercer grupo cromático, protagonizado por el cobre y el naranja, por el rosa y el ciclamen, fundidos con tonos naturales.
Los bordados en cordonnette enriquecen las camisas en popelín de algodón, mientras que las inserciones de encaje sobre texturas de lana y algodón dan valor a las camisas realizadas en tejidos cotidianos.
Los patchworks de tejidos en terciopelo y algodón acentúan la forma de las prendas y los acabados, aportando personalidad y carácter.
Los forros rayados y brillantes en contraste cosidos en las mangas enriquecen la prenda exterior, haciéndola preciosa incluso en las partes que no se ven.
Los elásticos en la cintura del pantalón realzan la cintura y donan feminidad.
Un vaquero estudiado en cada detalle, con etiqueta de piel de la marca en la espalda.