Antik Batik es una de esas firmas que con el paso del tiempo ha sabido reinventarse, pero siempre manteniendo sus códigos y valores intactos. Ahora 30 años más tarde, celebra ese legado con una colección exclusiva de edición limitada diseñada especialmente por su fundadora y directora creativa, Gabriella Cortese. Ella ha profundizado en el armario de la marca y ha reimaginado las piezas icónicas de la Maison: el chaleco afgano, los vestidos de lentejuelas, las túnicas y chaquetas bordadas, entre otras, además de incluir diez nuevas prendas que se podrán comprar en línea a partir de septiembre en antikbatik.com y en la boutique de París.
Su fundadora
Gabriella, que había pasado por numerosos sitios, incluido París, llegó a la India, donde atrapada por el torbellino de actividad vital y vigorizante de las ciudades y pueblos, conoció a artistas con un enorme entusiasmo por la artesanía manual y por utilizar sus conocimientos para adaptar, transformar e inventar. A principios de los años 90, se fue a Bali y empezó a llevar pareos balineses. Luego los reinventó como vestidos de noche decorados con broches y cinturones de oro. Gabriella decidió dibujarlos y diseñarlos para traerlos a nuestras costas, convirtiéndose en una gran tendencia y volviendo locas a todas las amantes de la moda. Después le siguieron las piezas bordadas y los estampados de lentejuelas y de visillos, todos hechos a mano. Y todo ello ha desembocado en una marca con un ADN único, que ahora celebra su 30 aniversario por todo lo alto.
Y es que Antik Batik es un estilo, una firma, un signo de los tiempos. Es una constante, siempre alerta. No solo hace ropa, sino que participa y se compromete con causas importantes, colabora con otras marcas de su sector, invita a jóvenes mujeres en las que detecta talento a crear colecciones. Porque la moda no es solo diseñar, sino ir un paso más allá de lo esperado, dejar un legado.